Las esencias o aceites esenciales son una mezcla compleja de sustancias aromáticas responsable de las fragancias de las flores. Poseen numerosas acciones farmacológicas, por lo que constituyen la base de la aromaterapia, pero además son ampliamente utilizados en perfumería y cosmética, en la industria farmacéutica y en la industria de la alimentación, licorería y confitería.
Los aceites volátiles, aceites esenciales o simplemente esencias, son las sustancias aromáticas naturales responsables de las fragancias de las flores y otros órganos vegetales. Actualmente, sólo se emplea esta definición si se obtienen mediante arrastre en corriente de vapor de agua o por expresión del pericarpio en el caso de los cítricos.
Con excepción de algunas, como la de las almendras amargas, que se producen por hidrólisis de heterópsidos, estas esencias se encuentran como tales en la planta. Son sintetizadas y segregadas por determinadas estructuras histológicas especializadas, frecuentemente localizadas sobre o en la proximidad de la superficie de la planta: células oleíferas, conductos o cavidades secretoras, o en pelos glandulosos. Pueden, asimismo, estar depositadas en tejidos específicos como en el pericarpio de los frutos cítricos; en los pétalos de las rosas; en la corteza, tallo y hojas de la canela; en las maderas del alcanforero y sándalo; en los pelos glandulares de hojas, tallos y flores de la menta; en las raíces de la valeriana, etc. Con frecuencia están asociadas con otras sustancias, como gomas y resinas, y tienden a resinificarse por exposición al aire. En el mundo vegetal están muy extendidas en numerosas especies botánicas. Son especialmente abundantes en las coníferas, lamiáceas, opiáceas, mirtáceas, rutáceas y asteráceas. Se le atribuyen variadas funciones en las plantas como protección frente a insectos y herbívoros, adaptación frente al estrés hídrico y son de gran importancia en la polinización, debido a que constituyen elementos de comunicación química por su volatilidad y marcado olor.
¿Cómo y por que funcionan los aceites esenciales?
Los aceites esenciales no son aptos para el consumo; sus propiedades se aprovechan por inhalación o aplicados de forma tópica (combinados con un aceite portador). Según explica una investigación compartida en International Journal of Molecular Sciences, hay tres posibles mecanismos que explicarían sus efectos.
El primero involucra la activación de los quimiorreceptores olfativos nasales, que luego envían señales olfativas al cerebro. En concreto, provocan efectos sobre el sistema límbico, que es una región cerebral implicada en la regulación de las emociones, los comportamientos y la memoria a largo plazo.
Los otros dos posibles mecanismos abarcan la penetración directa de sus moléculas a través del nervio olfativo en áreas cerebrales y la absorción alveolar de sus compuestos en la circulación sanguínea, que parecen atravesar la barrera hematoencefálica para generar el estímulo.
Ahora bien, cuando se aplican sobre la piel, se absorben fitoquímicos que son beneficiosos para la salud. Con relación a esto, una investigación en Pharmazie afirma que no hay duda de que los componentes de los aceites pueden penetrar la piel
Métodos de obtención
Los aceites esenciales se pueden obtener por distintos métodos. El más frecuente es la extracción en corriente de vapor (destilación). Otros métodos aplicables en casos concretos son la expresión en frío del pericarpio de los cítricos, el denominado enflorado con grasas a temperatura ambiente para extraer algunos aromas florales delicados (jazmín, azahar, rosa) y la extracción con disolventes orgánicos a temperatura ambiente.
Principales propiedades de los aceites esenciales
Los efectos de los aceites esenciales varían en función de la planta de origen y del proceso de extracción utilizado durante su producción. No obstante, a nivel general, se caracterizan por las siguientes propiedades:
- Antivirales.
- Antibióticas.
- Antimicrobianas.
- Antiinflamatorias.
- Regeneradoras y cicatrizantes.
- Antioxidantes.
- Adaptógenas.
- Sedantes.
En la mayoría de los casos, estos efectos se aprovechan en sesiones de aromaterapia. La inhalación de los productos estimula la respiración, la regeneración celular, el sistema nervioso y la circulación sanguínea. Así, genera sensación de bienestar físico y mental.
Propiedades terapéuticas
Desde el punto de vista farmacológico, las propiedades de los aceites esenciales son muy variables debido a la heterogeneidad de sus componentes. Algunas de las moléculas presentes en los aceites esenciales de ciertas plantas poseen gran interés terapéutico, lo que ha dado origen a la aromaterapia. Algunas de estas acciones, por sus efectos sobre la piel, han encontrado también su aplicación en cosmética.
Por otro lado, desde el punto de vista toxicológico, los aceites esenciales son potencialmente tóxicos (a pesar de estar considerados en el ámbito popular como productos naturales poco peligrosos), ya que fácilmente puede darse una sobredosificación, incluso con aceites esenciales de plantas que en sí mismas son muy poco tóxicas. Además, algunos muestran una toxicidad específica por tener componentes que atraviesan la barrera hematoencefálica y que afectan al sistema nervioso central, como ocurre con la tuyona, que abunda en las esencias de ajenjo, tuya y salvia.
Los aceites esenciales mas utilizados
Se estima que existen más de 90 variedades de aceites esenciales. La mayoría se emplean en aromaterapia, pero también en la cosmética y en la industria alimentaria.
A continuación detallamos los más utilizados y sus propiedades generales:
- Menta: de acuerdo con información en Alimentary Pharmacology & Therapeutics, este aceite relaja el músculo liso y tiene cualidades antimicrobianas, antiinflamatorias y digestivas.
- Tomillo: se caracteriza por su potencial como antimicrobiano, antiviral y expectorante.
- Lavanda: es uno de los aceites esenciales empleados en el tratamiento del estrés y de la ansiedad. Además, se asocia al alivio del dolor físico.
- Orégano: la revista Molecules detalla que tiene potencial como antidiabético, antimicrobiano, antiinflamatorio y antioxidante.
- Eucalipto: suele emplearse como coadyuvante contra las enfermedades respiratorias. Además, es idóneo para desinfectar.
- Alcanfor: en la medicina popular se utiliza para calmar la irritación y el dolor. Las evidencias respaldan sus propiedades antiinflamatorias, insecticidas y antivirales.
- Albahaca: exhibe actividad antiinflamatoria y antioxidante, de acuerdo con un artículo divulgado en Journal of Food Science and Technology.
- Sándalo: aunque se aprovecha para regular el sistema nervioso, tiene potencial como aliado en dermatología.
- Bergamota: las evidencias sugieren que contribuye al alivio del estrés y la ansiedad.
- Rosa: se considera antidepresivo, relajante y estimulante sexual. Asimismo, es beneficioso para la salud de la piel.
- Manzanilla: mejora el estado de ánimo y contribuye a cuidar la piel.
- Ylang-Ylang: se usa para tratar dolores de cabeza, reducir la presión arterial y fortalecer el sistema inmunitario.
- Árbol de té: es uno de los más populares para la prevención y el tratamiento de varios tipos de infecciones cutáneas.
- Jazmín: se utiliza para estimular la libido, promover la sensación de calma y mejorar el estado de ánimo.
- Limón: contribuye a la prevención de infecciones. Asimismo, se considera coadyuvante de la digestión y del sistema nervioso.
Riesgos y efectos secundarios
«que un producto sea natural no es sinónimo de que sea seguro»
Los aceites esenciales no son la excepción. De hecho, un mal uso puede derivar en varios efectos secundarios que van de leves a graves. Los más habituales son los siguientes:
- Erupciones.
- Fotosensibilidad.
- Dolores de cabeza.
- Dificultades para respirar.
Como ocurre con sus propiedades beneficiosas, estas reacciones varían según la composición de cada tipo de aceite. De todos modos, se recomienda tener precaución en casos especiales:
- Bebés y niños.
- Embarazo y lactancia.
- Insuficiencia renal, hepática o cardíaca.
- Personas bajo tratamientos farmacológicos.
Los casos anteriores deben consultarse primeramente con el médico. El profesional determinará si su uso es seguro o si suponen algún riesgo. También puede orientar sobre cómo emplearlos.
¿Cómo utilizarlos de forma segura?
La forma más común de utilizar los aceites esenciales es a través de difusores. Estos disipan los aromas y permiten disfrutar una experiencia agradable. Asimismo, hay quienes los agregan en agua caliente para inhalar los vapores y obtener efectos similares.
Su uso tópico es de más cuidado. Es fundamental combinar unas pocas gotas del aceite (5 o 6) con una cucharada de aceite portador (15 ml) que puede ser de coco, almendras, aguacate u oliva. Este se aplica a través de masajes en varias partes del cuerpo.
No obstante, hay que tener cuidado en caso de tener piel grasa o con tendencia al acné, ya que la aplicación de aceites comedogénicos puede empeorarlo. Otra forma alternativa es agregar algunas gotas en la tina de baño o en los preparados para aplicar compresas.
«Siempre es conveniente hacer una prueba de parche para descartar posibles reacciones. Es decir, se aplica una pequeña cantidad del producto en una área de la piel y se deja actuar entre 6 y 12 horas. Si no hay irritación o molestias, se puede emplear sin problema.«
Por último, se pueden agregar 3 o 5 gotas del aceite elegido en el champú, los geles de baño, las lociones y otros productos de cuidado regular. Eso sí, hay que averiguar si son compatibles.