¿Es lo mismo que la fisioterapia?
La kinesiología, del griego “kinesis”, movimiento, es una disciplina médica que estudia el movimiento del cuerpo para determinar posibles trastornos mediante la manipulación de los músculos, su movimiento y respuesta, y así determinar la zona afectada, el origen del problema (físico, emocional….) y si los sistemas que lo riegan están dañados, por ejemplo, el sistema circulatorio o el nervioso.
Aunque nació en la década de los años 30, no fue hasta los 60 cuando George Goodheart instauró sus bases. Se concibe como un método integral, que tiene en cuenta la totalidad del cuerpo y busca contactar al “médico interno” para que indique los problemas corporales.
Aunque generalmente la kinesiología y la fisioterapia se entienden como sinónimos, no son lo mismo, porque mientras que la kinesiología es una técnica manual que utiliza el movimiento como método de estudio y diagnóstico, la fisioterapia, es una técnica que incluye la kinesiología, el tratamiento manual, además de muchos otros, y que trabaja para promover un correcto movimiento.
¿Cuáles son los beneficios de la kinesiología?
Algunos de los beneficios principales de la kinesiología son los siguientes:
- Calma los dolores físicos y ayuda a enfrentar molestias y tensiones leves. Contribuye a la recuperación muscular.
- Mejora la postura y recupera el esquema corporal.
- Trabaja la motricidad, la coordinación y la lateralidad, y mejora los patrones de movimiento.
- Incrementa el rendimiento deportivo, ya que se realiza cardio, fuerza y flexibilidad. Contribuye al entrenamiento funcional.
- Mejora el estado de ánimo porque reduce el estrés, la ansiedad, la fatiga, el decaimiento y los problemas psicosomáticos.
- Puede ser de ayuda en conflictos interpersonales en problemas de aprendizaje (como problemas de concentración, memoria…).
Es ideal para cualquier edad y forma física, si bien, es preciso consultar con un profesional si se padecen infecciones, cáncer, problemas cardiovasculares, o se está embarazada.
tipos de kinesiología
Hay diversos tipos de kinesiología en función de las características que se tengan en cuenta. En principio, los expertos subdividen esta especialidad en dos grandes grupos: la kinesiología preventiva y la curativa. La primera tiene como objetivo cuidar al paciente antes de que padezca una enfermedad grave y, de esta manera, evitar que vaya a más atajándola cuando se presentan los primeros síntomas; asimismo, la kinesiología preventiva trabaja para que ni siquiera se lleguen a presentar esos primeros síntomas, manteniendo el organismo en un estado óptimo que evite dolencias futuras.
La kinesiología curativa pretende eliminar un problema o reducirlo, así como los síntomas, dolores o rigideces que dicho problema provoca en el paciente. Hay kinesiólogos especializados en esta rama y están acostumbrados a tratar, por ejemplo, pacientes con diferentes grados de paraplejías.
Otra subdivisión posible de la kinesiología es entre la holística, que trabaja todo el cuerpo y cada una de sus partes, la específica –trabaja de forma concreta un solo músculo–, y la aplicada –funciona gracias a diferentes pruebas musculares–, que es la que más se utiliza en la actualidad.
Otra forma de dividir la kinesiología puede ser entre activa y pasiva. Aunque lo más normal es que en una misma sesión se combinen ambas técnicas, no siempre es así. Las diferencias entre una y otra son:
- Kinesiología activa: en este caso es el paciente el que lleva el peso de la terapia, ya que es él quien realiza los movimientos. En ocasiones, el paciente lo hace de manera libre, pero lo más normal que lo haga de manera asistida, con la ayuda del profesional o, incluso, con la ayuda de alguna máquina, lo que se conoce como mecanoterapia.
- Kinesiología pasiva: el paciente se deja completamente en manos del profesional, que será el que haga todo el esfuerzo durante la terapia. Normalmente, es el trabajo articular el que se considera pasivo, ya que recibe diferentes presiones, torsiones, estiramientos, flexiones y tracciones por parte del kinesiólogo.
Ventajas y desventajas de la kinesiología
Dentro de los beneficios de la kinesiología, los defensores de esta terapia señalan una amplia lista de aplicaciones clínicas que abarcan diferentes campos. Algunas de sus indicaciones para el tratamiento de diversas afecciones son:
- Problemas en el aprendizaje y la comprensión: se trabaja con el paciente para reducir sus dificultades a la hora de aprender que, en ocasiones, son fruto de la falta de concentración y de memoria, circunstancias que también atiende la kinesiología.
- Estrés y ansiedad: rebajar los niveles de estrés y ansiedad tan dañinos para la salud es otro de los aspectos con los que se trabaja.
- Trastornos musculares: la kinesiología ayuda a mejorar el tono muscular, así como a potenciar la coordinación en el trabajo de los diferentes grupos musculares. Además, aumenta la oxigenación de la musculatura.
- Recuperación muscular: debido a que mejora el estado general de los músculos, la kinesiología reduce el tiempo de restablecimiento muscular tras una actividad deportiva. Aunque los profesionales del deporte son los más interesados, cualquier persona notará la mejoría en sus actividades diarias. En este sentido, también es muy interesante en periodos de convalecencia tras una lesión muscular.
- Motricidad, coordinación, lateralidad y postura corporal: las personas que tienen problemas en estos aspectos consiguen mejorarlos ampliamente.
- Conflictos en el comportamiento interpersonal: la kinesiología ayuda a identificar los bloqueos que impiden o dificultan las diferentes relaciones interpersonales y la forma de comportarnos con los demás, y también con nosotros mismos.
- Dolores y tensiones leves: esta terapia puede resultar un suave analgésico, ya que consigue reducir o eliminar diferentes molestias básicas.
- Abatimiento o fatiga: cuando una persona siente falta de energía o de ganas de hacer cosas, puede encontrar alivio en la kinesiología.
- Problemas psicosomáticos: como actúa tanto en cuerpo como en mente, la kinesiología es apta para tratar esos problemas o dolores que sentimos en el cuerpo, pero cuya causa real se encuentra en un desajuste mental.
desventajas de la kinesiología
La kinesiología se presenta como una terapia bastante segura, siempre y cuando se utilice “de forma respetuosa y responsable”, según indica Francesca Simeón, kinesióloga, psicóloga y responsable del centro de formación en terapias naturales ‘Vida Kinesiología’ en Montmeló (Barcelona). Por este motivo, y como siempre recomendamos, es fundamental ponerse en manos de un experto cualificado.
Sin embargo, no está de más consultar antes con el médico especialista si se padece alguna patología para descartar posibles contraindicaciones de la kinesiología. Además, el kinesiólogo realizará un análisis previo al paciente, que ayudará a determinar la mejor manera de aplicar esta terapia.
En este sentido, deben tener especial cuidado las personas que padecen infecciones agudas, cardiopatías descompensadas, cáncer u osteítis, así como las mujeres que estén embarazadas. En estos casos, lo más habitual es que se desaconseje la kinesiología.
¿Cómo es una sesión de kinesiología?
En este sentido, en la kinesiología aplicada se realizan diferentes pruebas musculares para analizar y comprobar el estado de los músculos y la calidad de respuesta de los mismos, y detectar cuál es el problema y su mejor solución.
De acuerdo con los resultados de la investigación, el kinesiólogo será quien priorice las acciones a llevar a cabo en la sesión, e incluso combine técnicas propias de la kinesiología con otras terapias como acupuntura, ultrasonidos o electroestimulación, con el objetivo de mejorar la salud del paciente y su bienestar general.
El enfoque de cada sesión de kinesiología será muy diferente dependiendo de cada paciente y del trastorno concreto que sufra, además de las implicaciones de dicho problema a nivel físico, energético y emocional.
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